viernes, 28 de diciembre de 2007

Aquel chico [Momentos de muerte]
por Karen Merklina


Caminaba hacia una esquina y me detuve esperando que el semáforo cambiara a rojo para poder pasar. Era una calle muy transitada. Esperaba indiferente, hasta que volteé hacia mi lado izquierdo y reconocí un rostro; era un chico que me gustaba tiempo atrás, pero que nuestra mala relación hizo que él llegara a odiarme. Al mirarlo lo reconocí inmediatamente, pero desvié mi mirada hacia el semáforo para que no se diera cuenta de que le tomaba importancia. Él también me miró justo cuando yo lo miré. Seguí esperando el rojo, mientras sentía cómo iba caminando detrás de mi. El rojo no llegaba y comenzaba a desesperarme; los autos venían a toda prisa, pues era una calle muy transitada.

De pronto, sentí un lijero empujón, de una mano delicada y un poco pequeña, como la de aquel chico que me gustaba. Al andar distraída, no pude guardar mi equilibrio a tan lijero empujón. Esa pequeña fuerza me obligó a dar unos cuantos pasos a esa calle tan transitada. Miré hacia un lado, pues unas luces me deslumbraban, y después morí.

En un segundo y con tan extrema delicadeza, aquel chico que me gustaba, saboreó su venganza.

No era una chica linda, de esas a las que todos aman. Realmente disfrutaba de acosar a todo chico que me gustara. Y aquel chico no era la excepción. Él realmente me odiaba. Intentó muchas veces deshacerse de mí por la "buenas", pero yo era de las que no se rinde fácilmente y nunca lo logró.

Pudo insultarme y tratar de alejarme, pero al final gané. Hasta ese día en el que ese chico que me gustaba decidió que yo no era quien debía ganar.

Y así fue como fui víctima de la mejor y la más sutil de las venganzas. Así de sensillo, así de limpio y asi de lindo; aquel chico me tocó con su odio que me llevó a la derrota.

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Karen Merklina
28.dic.07

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viernes, 21 de diciembre de 2007

Feliz navidad y un feliz ¡vete al infierno!


Como diría mi buen amigo dr. House.

Algo que detesto de todo el año es la navidad. Porque me desespera ver tanta alegria y panzones rojos por todos lados. Me podría autonombrar La Grinch, pero no de la forma que la ven todos, ya saben, el tipo que odia la navidad. Sino lo que realmente representa: un tipo que odia la navidad porque todos se ven interesados en recibir regalos, emborracharse, comer y pasarsela de fiesta en fiesta, y no en lo que realmente representa, que sería pasarla bien con las personas que quieres.

En mi caso, hacemos la típica cena navideña, en casa de un tío que nos menosprecia por ser "pobres" y no estar a su altura, con una prima que cree que nos está haciendo el favor al invitarnos a su casa. Después viene la cena, que sí, la comida es rica. Pero a mí no me gusta ir sólo por comer, me gusta convivir; lo cual es imposible, porque acaban de comer y todos se van, o si no, empiezan a hablar de todas las malas cosas que han vivido. Y eso sin mencionar todos los insultos que recibo por ser tan callada; yo que culpa de que su platica no me interese. Además que más quieren que les diga, si sólo me hablan porque soy la persona que esta a su lado, no porque realmente quieran platicar conmigo y les interese lo que digo.

También con todo esto viene el arreglarse bien para la dichosa cena, por lo que nunca faltan las criticas por vestir de negro. No sé qué les hizo el negro para que se porten asi con él. Tal vez los violó o los asaltó un día y yo no me enteré, no sé. Pero para mí siempre será mi color favorito.

Luego están todos esos multiples adornos de navidad, de todo creo que sólo me gustan las luces y las esferas, por ser brillantes y transparentes, respectivamente. De lo demás, odio que corten árboles sólo para adornar su maldita casa unos días, como el Vaticano que cortó un árbol de 400 años de antiguedad, sólo para adornar su maldita ciudad asquerosamente rica y después el pobre árbol va a terminar en la basura. Por eso prefiero uno artificial, te dura mucho y puedes volverlo a usar y viendolo de otro modo, ¿por qué les gusta tener una cosa muerta (árbol natural) en su casa para adornar? No lo entiendo.

Y luego todos los ardornitos del ridículo Pancho Clos, me choca ver a los niños emocinarse con ese tipo que salio de Coca Cola.

Aunque debo de admitir que si hay uno que otro adorno que se ve bonito, pero hay que no ma...

Y como se imaginarán, en mi casa no adornamos. Aunque realmente no es porque en mi casa todos sean unos amargados como yo que odian la navidad, sino que nadie se ocupa ni se preocupa de adornar, pero si les gusta la navidad.

En fin.

¡Feliz navidad!

Para los que les guste y a los que no, pues no. Porque de seguro se han de pasar haciendo otras cosas mejores.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Buen estudiante


El otro día me estaba preguntado ¿cuándo dejé de ser una buena estudiante? De las que iban bien en sus materias y las pasaban sin problemas. No es por ser mala onda ni nada, pero creo que fue desde que me enamoré.

Para mí es muy dificil mantener mi atención en algo y si tengo cualquier distracción, ya no puedo con lo otro. Por él no hay problema, es muy inteligente y siempre lo logra. Pero yo no, yo tengo que tener mi atención al 100% en una clase para entenderla y si me pierdo tantito ya no entendí nada. No puedo creer cómo con éste problema haya llegado hasta la universidad sin reprobar ninguna materia. Pero obviamente ya no es así. Me siento como una fracasada y eso no me gusta. Quisiera que todos se fueran y me dejaran en mi actitud de nerd, para ya no ser tan tonta en las clases.

Sé que un número no te dice cuán inteligente eres y yo lo creo así, pero cuando el número es 5 o menor que eso, ya no me gusta y me siento una fracasada.

Quisiera gritar todo mi enojo y más con él, hecharle toda la culpa y golpearlo, jajajaja. Pero no, la culpa es sólo mía, por no poder mantener bien las dos cosas.

En fin, a ver qué puedo hacer. Por lo mientras, ya soy un fracaso total como estudiante.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Venganza


Me he puesto a pensar cuál es mi palabra favorita, y la ganadora fue: venganza. Me encanta realizar venganzas, tal y como dice el diccionario de la RAE: Satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos. Pues si, el que me la hace, me la paga.

A lo largo de mi vida he realizado numerosas venganzas, y aunque dicen que eso está mal, tal vez sea porque ellos no han tenido el placer de disfrutar ver a alguien pagar por lo que te hizo, lo delicioso de esto, es ver pagar al agraviador; aunque muchos dicen que el destino los hará pagar o dios los va a castigar... que aburrido. Prefiero que sean castigados por mi propia mano y así se disfruta más.

Claro que para realizar venganzas se necesita de sangre fría. Si eres de esos que se preocupa por el bienestar de la gente o el castigo de dios. Te aseguró que jamás serás un buen vengador. Y lo importante de esto es hacerlo en caliente, es decir, cuando te acaban de agredir. Hay que hacerlo despacio, para que se disfrute mejor; ya que si llegas con el dañador y lo matas, no valdrá la pena. Tienes que hacerlo sufrir, como dice alguna de mis epístolas, hasta que desee estar muerto. O bueno, tal vez no tanto, pero si tiene que aprender la lección.

Aunque aclaro que esto es valido sólo con personas que se lo merecen, como dice la definición, sólo con aquel que te agravia o te hace daño. Porque si lo haces nada más porque si, estarías siendo el agraviador y tendrás que recibir una venganza.

Algo de lo que me he dado cuenta, es que lo que dicen de que el destino te hará pagar, es un tanto cierto, puesto que el vengador también es como un pecador, ya que consiste en hacerle daño a su prójimo, asi que si decides ser un vengador, tienes que atenerte a las consecuencias. Como yo lo he hecho. Tienes que ser lo sufientemente responsable como para aceptar tu castigo, por decirlo así.

La venganza es un plato que se come frío, y a mi me encanta. Y, una mujer siempre sabe cómo vengarse.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Extraña


Ultimamente no me siento yo misma. Me siento fuera de mi. Tal vez ya no quiero ser yo.

No se por qué se me ha dado mucho el ver películas. Generamente no me gusta hacerlo. No sé por qué, pero no me gusta ver películas, a menos que sea una en la que me interece mucho. Pero he visto muchas peliculas. Y en cada pelicula me adentro tanto en ella que olvido mi realidad y me meto en la realidad de la pelicula. Me olvido de todo y sólo vivo la vida de los personajes. Entonces cuando la pelicula acaba, me siento triste porque es como si hubiera muerto.

Por lo tanto, estos dias he muerto muchas veces. Eso es algo cansado.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Dormir

Pensando en que no puedo dormir, y leyendo Vampiro familiar de mi queridísimo Velvet (http://velvetart.blogspot.com/). Me puse a pensar sobre dormir.

Me encanta dormir, pero no me gusta dormir por la noche. Bueno, si me gusta, pero odio irme a dormir simplemente porque todos duermen en la noche. A mi me gusta dormir cansada (como dice alguna canción), porque es más rico, se disfruta más. Y más rico aun, es dormir de día porque a esa hora, no duermes porque debes, sino porque quieres.

Sobre cómo dormir, prefiero dormir acostada sobre una cama bien tapada, aunque sea de día y haga calor, siempre me gusta dormir tapada. No sé porque, pero siempre me da frio cuando duermo. Y algo que me choca es dormir sentada, sobre todo cuando estoy muy cansada por haber caminado mucho, aunque si llego a dormirme y también lo disfruto.

Y una forma que jamás había experimentado de dormir, es dormir al lado de la persona que amas, eso sí es dormir rico. Y es lo mejor que puede haber, ya sea sentada o acostada, en una banca o en la escuela. Dormír con él es lo mejor y siempre lo disfruto.

Después, lo que le sigue a dormir, que es el sueño. También lo disfruto mucho; me encanta soñar. Porque es como vivir otra vida o tu misma vida, pero con otras vivencias y otros ángulos. Pero lo que me choca es que siempre se me olvida lo que soñé o no me acuerdo. Porque a mi me gusta recordar qué fue lo que viví mientras dormía.

Y por último, despertar. Pero despertar a gusto, cuando tu quisiste despertar. No cuando alguien te despierta. Odio que hagan eso. Porque a aparte de que es molesto, muchas veces te dejan con un sueño a medias y eso no es muy agradable.

Entonces, disfruten del delicioso placer de dormir.

Dulces sueños.
n.n

sábado, 29 de septiembre de 2007

Nuevamente aqui


Alguna vez alguien me dijo que tal vez, a los 19 dejaría de escribir, así como uno de los poetas malditos, que si no mal recuerdo fue Rimbaud. Tenía mucho miedo de que asi fuera, porque desde los 15 años, más o menos, me la he pasado escribiendo y escribiendo poemas, ensayos, cuentos, diarios, novelas. Y ahora que ya tengo 20 años, no he escrito nada. Me había dedicado más a los poemas y una novela que había estado escribiendo. Pero desde ahora, no sé por qué ya no me dan ganas de escribir o tal vez no tenga la inspiración para hacerlo.

Quizás es que ya me sugestioné con ese hecho de dejar de escribir a los 19 y ahora crea que ya no puedo escribir, que ya di todo lo que podía dar. Espero que no sea asi.

Quiero seguir escribiendo, y voy a hacerlo. Sólo falta encontrar el momento adecuado y la inspiración. Y también quiero seguir dibujando y pintando, eso si que ya lo dejé mucho.

Por cierto, ya había abandonado este blog y ni que decir del de poesía, ese ya hasta ha de tener telarañar, jeje.

Espero que la inspiración vuelva pronto. No me abandones...

**Imagen: "Dibujo en la pared" por Karen Merklina

jueves, 16 de agosto de 2007

El castillo blanco
por Karen Merklina

En un pueblo lejano vivía una pequeña niña en un castillo blanco, que era habitado por muchas personas, además de esta pequeña niña. A pesar de eso, ella contaba con su propia habitación; era un algo chica, y muy parecida a las demás, con paredes blancas y acolchonadas y sólo tenía una ventanita que estaba en la puerta, también acojinada.

Minerva, nuestra pequeña niñita, disfrutaba pasar todo el día jugando con su mejor amiga, Serena. Ella era una niña más o menos de su misma edad, pero no hablaba, ella sólo miraba a Minerva cuando decía algo.


–¿No quieres más té, Serena? –le preguntaba en uno de sus tantos juegos, pero ella sólo la veía y con un movimiento de cabeza le decía que sí.

Mientras las niñas jugaban, entraba un hombre que les decía:

–Minerva, es hora de tu medicina.

–No quiero, yo no estoy enferma. Además, estoy tomando el té con Serena.

–Sí claro –dijo con tono burlón–, de todos modos tienes que tomártelas, ¡niñita! –gritó exasperándose–. Ya me tienes harto con tus tonterías, te tomas tu medicina, si no quieres que te las meta a la fuerza.

Minerva lo miraba muy enojada y con lágrimas en los ojos, mientras que Serena sólo se limitaba a ver. Entonces, el hombre, al ver que no quería tomarse sus medicinas, se las metió en la boca a la fuerza y sin más remedio, Minerva se las tuvo que tragar. Lo único que pudo hacer es llorar de coraje mientras el hombre salía del cuarto.

–Algún día nos vengaremos, algún día...

Pasaron unas cuantas horas en silencio, hasta que otro hombre abrió la puerta.

–Es hora de salir a jugar.

La hora de jugar, era la parte favorita del día, podía salir de su cuarto a divertirse y ver a los demás niños. Sin embargo, Minerva no era muy popular entre los ellos, la rechazaban porque siempre hablaba sola como una loca. Entonces sólo se sentaba junto a los juguetes para jugar con Serena.

–¡Hey, niña loca! ¿Por qué no juegas con mi piedra, eh? –dijo un niño, de los tantos que la molestaban y le aventó la piedra a la cara, provocándole una herida en la frente que la hizo llorar.

–¡Hey, niño, déjala en paz!

–¡Es su culpa por ser tan rara! ¡Es una loca!

–¡Ja, ja, ja, ja! Cálmate niño, aquí todos son unos locos.

Y sí, aquí todos eran unos locos, puesto que el castillo blanco, era un manicomio infantil. En el que no eran muy bien tratados, ya que los enfermeros eran muy agresivos con los niños y no sólo les gritaban, sino que los golpeaban con tal de mantenerlos controlados.

–¡Ya lárguense todos a sus habitaciones! –gritó el enfermero.

A Minerva no le hicieron caso, el enfermero ignoró la herida que tenía y simplemente la aventó a su cuarto y le dijo que ya dejara de llorar o la golpearía.

–Ya me harté de ese estúpido de Víctor, siempre me está molestando –decía sollozando.

–¿Y por qué no lo matas?

–¿Qué? Hablaste... –dijo muy sorprendida, ella jamás había oído que Serena hablara– Si, no sería mala idea. Además se lo merece y hay que castigar a los niños que se portan mal.

–¡Sal! Es hora de comer –gritó un enfermero.

–Sí, ya voy –respondió muy sonriente, pero con una sonrisa algo fingida e irónica.

–¿Pero qué te pasa, escuintla?

Sin embargo, Minerva no lo escuchó, porque salió corriendo hacia el comedor. Iba muy apresurada, pues era hora de castigar a un niño malo. Procuró sentarse cerca de Víctor, para no perderlo de vista y vigilarlo a todo momento.

–¿Qué te pasa? ¡Aléjate de mí, niña loca! –dijo Víctor al ver que Minerva se sentaba junto a él.

–¡Cállate! –gritó un enfermero.

–Ves, por tu culpa me regañaron.

–Serena y yo queríamos estar junto a ti.

–¿Cuál Serena? Si estas tú sola. Eres una loca.

–¿Cómo que cuál? La que está a mi lado, ciego.

–¡Ya cállense! –gritó otra vez el enfermero, alzando la mano, amenazándolos de golpearlos.

Entonces, tras la advertencia, comieron tranquilos sin pronunciar palabra. De momento, Minerva veía a Víctor de reojo y luego bajaba la vista hacia una piedra que tenía guardada en una bolsa de su vestido. Terminó la comida y Víctor se preparaba para levantarse e irse, pero Minerva le sujetó el brazo.

–Suéltame loca.

–No. Vamos a jugar.

Víctor accedió, pues tenía miedo de que algún enfermero pudiera golpearlo si armaba un escándalo. Después de la comida, siempre los dejaban jugar, así que Minerva lo sacó al jardín, pero a un lugar alejado y casi oculto en que los demás niños no iban.

–¿A dónde me llevas?

–Tranquilo, sólo quería...

Y entonces, Minerva lo besó, él aceptó el beso sin que ella hiciera tanto esfuerzo. Víctor tenía 11 años y Minerva 12, una edad en la que los niños comienzan a experimentar cosas no tan infantiles. En ese momento, Minerva metió la mano en la bolsita de su vestido, en la que tenía la piedra, la sacó y con un fuerte golpe, le dio en la cabeza. Lo dejó tirado, un poco atontado; no muerto, pero se desangraba y dentro de poco lo estaría.

Minerva lo miraba con una gran sonrisa, mientras que Serena reía a carcajadas, incluso se podría decir que hasta Víctor la escuchó, pues en su último respiro volteó la cabeza, hacia donde estaba Serena y la miró con gran terror, dándose cuenta que Serena, realmente existía. Y luego murió con los ojos abiertos y con esa expresión terrorífica en su rostro.

Nuestra pequeña niña salió de ahí y corrió muy feliz, hacia donde estaban los demás niños, como si nada. Más tarde, pasó al baño a lavarse sus lindas manitas, que se habían manchado de sangre y regresó a su cuarto.

Los enfermeros no habían advertido la ausencia de Víctor, hasta que fue la revisión de los cuartos, después de jugar. Y fue cuando lo encontraron muerto y con esa espantosa expresión. Inmediatamente, los enfermeros se deshicieron del cuerpo y en este hospital no se mencionó nada más.

Llegaba la noche, lo más horrible del día, pues las niñas del manicomio, sufrían por el amor que les daban los enfermeros, incluyendo a Minerva, por supuesto.

En el caso de nuestra niña, ese enfermero era aquel que la golpeó por no querer tomarse su medicamento.

–Hola Minerva, estoy aquí otra vez. Y espero que no te pongas rejega.

Minerva sólo lo veía con miedo y se sumía en una esquina de su habitación queriendo salir de ahí. Pero no podía escapar, entonces, el enfermero le desabrochó su vestidito. En eso, Serena lo miraba con odio, con mucho odio.

–Mátalo... Minerva, mátalo. ¡Mátalo como ellos me mataron a mí!

–¿Pero cómo? –dijo Minerva con una voz tan débil que ni el enfermero la escuchó, aunque se encontraba muy cerca de ella.

Minerva pensaba, mientras el enfermero seguía con su sucio trabajo.

A Serena la habían matado los enfermeros, hacía poco tiempo. Ella había intentado escapar de este manicomio, pero no lo logró, los enfermeros la atraparon y después de violarla varias veces, la mataron a golpes y sin piedad, a pesar de sus 8 años de edad. Serena estaba llena de furia y quería cobrar venganza.

Serena sólo miraba a Minerva, esperando a que hiciera algo, las dos se miraban, mientras el enfermero besaba su cuello, entonces ella, recordando una vieja película de vampiros que había visto alguna vez, se volteó hacia el cuello de él y lo mordió. El enfermero gritó, y la empujó; lo mordió tan fuerte que le arrancó un pedazo.

–¡Niña estúpida! –gritó y le dio una cachetada a Minerva, tan fuerte que la tiró al suelo, pero ella se levantó rápidamente y lo volvió a morder, ahora en un brazo. La sangre brotaba por su boca, el enfermero gritaba y no podía arrancársela. Era como una bestia que estaba loca por comer después de mucho tiempo.

Luego, aprovechándose de que el enfermero se agachó, le mordió el cuello de nuevo. Agarró un trozo de su pellejo y se lo arrancó. Esto provocó que empezara a brotar mucha sangre de su cuello. El enfermero empezó a ahogarse con su sangre, no podía respirar. Y fue cuando vio a Serena.

–Eso te pasa por portarte mal –le dijo Serena al enfermero con todo burlón.

El enfermero abrió la boca como queriendo gritar, pero no pudo, porque la sangre inundaba su garganta y con una expresión de terror, murió.

Serena y Minerva salieron del cuarto y fueron hacia la cocina. Minerva tomó un cuchillo y fue hacia donde se encontraban los demás enfermeros, y mientras ellos dormían, nuestra dulce niña los mató. Tomó las llaves de los demás cuartos, las abrió y les dejó el paso libre a los demás niños, que aún dormían, para que ellos también pudieran escapar.

Minerva salió de ahí, después de tres años de largo sufrimiento y de soportar las asquerosidades de los enfermeros. Al fin era libre, al fin eran libres.

De esta pequeña niña y su amiga, nada se supo. Sólo dejaba sus rastros en los noticieros:

–Ayer, apareció otra víctima del asesino “castigador”. No se sabe quien es, sólo que deja un mensaje junto a todas sus víctimas que dice: “Sólo castigué a un niño malo”. Y al parecer, todas las víctimas tienen una horrible expresión en su rostro, como si hubieran visto al demonio. En otras noticias, el hospital mental infantil, sufrió una terrible tragedia hace unos meses, en este incidente, asesinaron a todos los enfermeros y dejaron las puertas de los enfermos con intenciones de que escaparan, pero antes de esto pudo llegar la policía. Al parecer, sólo faltaban dos niños, Víctor y Minerva. De estos pequeñitos, el niño Víctor, fue encontrado muerto y enterrado en el jardín del hospital y de la niña Minerva no se sabe nada, se sospecha que fue raptada por el causante de los asesinatos. Ya se está investigando el paradero de esta pequeñita y también al hospital, pues parece que había maltrato a los infantes...

–Creo que los niños malos ya fueron castigados en este lugar, es hora de ir a visitar otro sitio, ¿no crees, Serena?

Y así, Minerva y Serena recorrieron ciudades castigando el mal, y fueron felices por siempre, esperanzadas en poder tener un mundo, sin niños malos.

FIN.


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Este es mi primer cuento, lo escribi hace algunos meses, espero les guste.

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jueves, 9 de agosto de 2007

Mi ventana
por Karen Merklina


Está lloviendo, está muy oscuro, no sé dónde estoy. Miro por una ventana al cielo cubierto de nubes, está muy silencioso aquí, no hay nadie. ¿Dónde están todos?

Tengo miedo, tengo frío, ¿dónde estás? Me siento débil, desde hace un buen rato las heridas de mis muñecas manchan el suelo de sangre. Estoy llorando. ¿Por qué no llegas a salvarme?

Al fin ha dejado de llover, el cielo se está despejando, puedo ver las estrellas, ya no está tan oscuro. Una pequeña sonrisa sale de mi rostro al ver el cielo.

Debo salir a buscarte, ¿dónde estás? Prometiste estar siempre conmigo, pero ahora no te veo aquí. Espero no hallas decidido abandonarme. No ahora.

Apenas si puedo levantarme, estoy muy débil. He perdido mucha sangre, aunque no la suficiente para que sea mortal.

Salgo a buscarte en el lugar en el que siempre nos encontrábamos. No estás. Busco en los sitios que frecuentabas. Tampoco estás. Te necesito, ¿por qué no te encuentro?

Oh, pero que alegría, al fin te encontré. Me acercó a ti llorando y te muestro mis heridas. Tú las ves y te burlas de mí. ¿Por qué?

Tú me respondes que soy una dramática, que no me crees. No entiendo. Cómo no me puedes creer si lo estás viendo, estás viendo estas lágrimas rojas de dolor, de soledad.

Está bien, te comprendo. Me dijiste que nunca me abandonarías y que siempre me apoyarías y ayudarías en lo que fuera. Pero creo que esto es demasiado para ti. Tu razón no puede creer que alguien desee morir a pesar de tener todo para ser feliz. Yo tampoco sé por qué siento esto, sin embargo sé que ese es el único camino para dejar de sentir tanto dolor.

Ya no puedo estar contigo, ni con ustedes. Mi perfil se ha vuelto gris. Mancho a todos con mi sucia mediocridad.

Ya no quiero hablar, ya no quiero sentir, ya no quiero mirar, ya no quiero llorar, ya no quiero vivir.

Han pasado casi dos décadas de mi vida, no entiendo cómo he soportado tanto. He pasado por dos intentos de suicidio, del llamado camino fácil, pero no es tan fácil, se necesita mucho coraje para lograrlo.

Ya no te quiero ver más, no quiero que te burles de mí. Déjame sola, déjame morir. Y no te preocupes por romper tu promesa. Yo lo entiendo.

Regreso caminando casi sin fuerza y a punto de desfallecer. Llego de nuevo a este oscuro rincón y me siento otra vez junto a la ventana a contemplar las estrellas.

Permaneceré ahí encogida abrazando mi alma que llora, besando mis lágrimas que bajan por mis mejillas y esperando a que recupere mis fuerzas para volver a abrir mis heridas. No te preocupes por eso, que esas heridas son sólo para calmar mi dolor, esas heridas no pueden matarme.

Ya no te veré más, ya no los veré más, no tengo a nadie, ya no tengo nada. Sufriré sola todo esto.

Y el día que pienses en mí, me recordarás en un oscuro rincón mirando las estrellas por una pequeña ventana, aunque yo ya no estaré ahí, para ese momento yo ya me habré ido y tú no sabrás, ni cómo, ni dónde, ni cuando pasó.

Adiós...

Karen Merklina
02.ene.07

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No se asusten, no voy a hacer nada, es un escrito que hice a principios de este año, pero ya no quiero ni pienso hacer eso. Estoy bien.


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sábado, 28 de julio de 2007

Receso



Otra vez nada, no poemas, no escritos, nada. No es porque me sienta mal o ya no quiera escribir, creo que simplemente me cansé. He estado pasando por muchas cosas tanto en mi vida como en mi poesia y por tanto, este receso era necesario. Sólo que esta vez no es que yo hubiera deseado dejar de escribir, sino que simplemente no me llega nada y sinceramente, en este momento no quiero escribir nada, aunque a veces me desespero y tengo la necesidad de hacerlo, pero no necesariamente escribir poesia, sino sólo escribir.

No es la primera vez que paso por uno de estos recesos, que no son decision mia, sino de mi inspiración. Asi que esperaré a que pase y lo disfrutaré.

Nos vemos n.n ♥

sábado, 14 de julio de 2007

Mi mundo


Habitante de abismos oscuros, piel pálida, velo negro. Caminante entre sombras, ignorada por humanos y dioses, esclava de la monotonía. Lacrimosa vida, escenario triste, alma en pena.

Este es mi mundo, solo, triste, abandonado, sin nadie a mí alrededor... estoy completamente sola. Condenada a la repetición, absurda repetición, habitante de abismos oscuros, piel pálida, velo negro. Caminante entre sombras...

En este lugar no hay espacios para ti, este mundo me tiene aprisionada, atrapada, no hay escape. Ni siquiera hay espacio para el amor. Alma condenada a la soledad. He amado, pero nadie me puede amar a mí. Sufro de soledad, lloro de dolor. Me pierdo en el odio.

Mi mundo no es el mundo que tú ves, el es mundo que esta dentro de mi. En él nada importa, las almas se suicidan constantemente, todos lloran, están solos, se odian unos a otros. La ira nos invade, nos condenamos, nos castigamos, no queremos vivir, no queremos estar aquí, pero cada suicidio es un retorno a este mundo... mi mundo.

miércoles, 4 de julio de 2007

Mi odio

Siempre he dicho que la humanidad en general es un asco, especialmente el género masculino. Nosotras nacimos para amar, dar vida y mucho más, y ellos... no sé, no encuentro sentido a su existencia. No es feminismo.

Que somos complicadas... no, ellos son muy simples. Pero entre tanta porquería, se encuentran cosas perdidas, hombres buenos, aunque muy pocos.

Los humanos dicen ser superiores, se separan de aquellos hermanos que hacen llamar animales. Destruyen su casa, como si fácilmente pudieran encontrar otra. No les importa nada, más que, aparentemente, ellos mismos. Digo aparentemente, puesto que ni con ellos mismos son felices, se autodestruyen y hasta lo disfrutan. Hombre, mátate si quieres, pero no me lleves contigo, que yo no tengo la culpa de tus desgracias.

Y luego viene el amor, la maldición y bendición de muchos. El maldito amor, cómo hace sufrir, cómo hace llorar, te quita las ganas de vivir. El bendito amor, espero que puedan saber qué es lo que es.

La vida... que fastidio.

Religión, creer en Dios... otra asquerosa invención humana. Ya dejen de manipular, quiero tener mi propio criterio, mi propio castigo, vivir mi infierno y llegar al cielo. Ser mi propio dios.

Yo... que desagradable ser, vive de las letras y ama a una niña rubia ojiazul. No tiene oportunidad de sobrevivir en este lugar, necesita su propio mundo. Qué tonta.

jueves, 14 de junio de 2007

Nada


Después de mi crisis depresiva, ya no puedo escribir nada, ya no hay inspiración o al menos, no la suficiente como para llegar a escribir algo.

Iba a escribir unas ntradas, q se iban a llamar Mi dolor (q si la puse), Mi odio y Mi mundo, q serian como un tipo introducción a lo q es mi poesía, pero sólo pude escribir una, y para las demas, no he tenido inspiración.

Sinceramente crei que podría escribir mejor ahora, pero ya m di cuenta q no. Habia pensado escribir "poesía sucia", pero m di cuenta q sólo puedo lograrla cuando estoy realmente enojada, entonces no. Y poesía romantica... creo q no stoy lista para eso.

Esta vez, n serio ya no puedo escribir, xq la vez pasada dije q ya no escribiría poesia, sin embargo si lo hice, pero esta vez ya no he escrito nada. Siento q ya he agotado todos los mis temas, ya no tengo nada mas d q hablar n mi poesia. Tal vez ya termino mi etapa poeta... no se.

Por cierto, sobre mi dilema, escogi felicidad, aunq aun queda un poco d tristeza, pero ya pasará.

Jeje, siento como si estuviera escribiendo en mi diario o algo asi XD

Eso es todo, no tngo nada mas q decir, solo, espero escribir pronto, sino, no se q mas pueda hacer.

viernes, 8 de junio de 2007

Mi suicidio...


Se han preguntado ¿cómo sería su último día antes del suicidio? Yo si. Primero habría alejado a todos aquellos que me amaran: amigos, amores, familia; y al llegar mi úlitmo día, besaría profundamente y con inmenso amor a la persona que siempre tuve en mi corazón y me alejaría sin decir por qué. Abrazaría a mi madre y hermanos. Luego, moriría, sola y nadie sabría ni cuándo ni por qué lo hice.

Mi dolor


Estos días no me siento muy bien, no dejo de dormir, no dejo de llorar, no dejo de escuchar música y no dejo de escuchar esa canción... esa canción que me hace llorar. Por alguna razón busco la forma de estar triste. Desde escuchar canciones que me hagan llorar, hasta atentar contra mi cuerpo, mi salud. No estoy bien, no me siento bien y lo que me asusta es que no es como otras veces, no hay razón por la que deba estar triste, pero quiero estarlo. Jamás lo había dicho, pero el dolor es lo que me mantiene, es como una droga, sin dolor me siento nada, sin dolor no puedo escribir y últimamente ya no siento ese dolor. Lo que me mantenía viva era que guardaba todo aquello que me mataba de sufrimiento, pero ahora siento que se me va. Necesito razones para sentir dolor... espero que esto no me llegue a matar, porque en este momento... No, no puedo decirlo, eso es todo.

martes, 5 de junio de 2007

Evolución...?


No puedo negar lo que soy. Para mi, escribir es tan esencial como respirar. No puedo vivir sin las letras. Fácilmente puedo no escribir, pero los versos invaden mi cabeza, ahogan mis pensamientos y la única forma de sacarlos es escribiendo.

No quiero escribir poesia basura, pero los versos no me dejan en paz hasta que sean escritos, aunque sé cuando debo escribir y cuando no. Y cuando no escribo lo que debo escribir, es una pesadilla, porque esas palabras que rondan mi mente, me queman si no las saco.

Y prueba de mi desesperación por escribir, es este momento. Es que tengo que hacerlo, pero mi ingrediente principal se está terminando, y debo conseguir otro.

Evolución, tal vez. Algo debo de hacer, porque quiero seguir escribiendo.

domingo, 3 de junio de 2007

Dilema



Ultimamente traigo algo que me esta calando los huesos y que no me deja en paz, que he intentado olvidar, dejarlo a parte, pero hoy me di cuenta que no puedo. De hecho ni siquiera pensaba escribirlo, pero tenía que hacerlo, porque todo esto ya no me dejaba en paz.

Aunque no lo voy a decir directamente, unicamente queria escribir toda esta preocupacion que siento, muy a parte de que no ando bien de salud, aunque eso no me preocupa tanto, ya me acostumbre.

Ando en un dilema, felicidad o tristeza, y elegir cualquiera de esas opciones implica dejar algo que me gusta mucho de la otra. Entonces, ando buscando como combinar las dos. He hecho algunos intentos, me salieron bien, pero como que siento que no podría seguir. Lo cual significo que parara de escribir poesia por el momento. Y es que al dejar de escribir estoy escogiendo felicidad, pero yo vivo de mi poesia, me siento nada sin ella. Y por otro lado, si elijo tristeza, estaria dejando mucho y no quiero perderlo.

Entonces ¿qué hago?

Por lo mientras, sólo quedarme frente a la pantalla sin saber qué más escribir...

miércoles, 9 de mayo de 2007

Años tristes llenos de felicidad


¿Nunca has sentido que la felicidad llega y que todo va a estar de maravilla? Pero de pronto te asustas y renuncias a ella; porque tienes miedo, porque no sabes como se siente, porque no quieres que termine. Y lo arruinas todo, pierdes toda oportunidad de ser feliz.

O cuando sólo tienes ganas de llorar y no sabes por qué. Es dificil ser feliz cuando llevas cargando tanto atrás, cuando ni siquiera eres capaz de amarte a ti mismo, cuando todo a tu alrededor es tan vacio, cuando te sientes tan solo.

No importa cuantas personas esten a tu alrededor, no importa cuantos amigos tengas que dicen quererte, de alguna forma siempre te sientes solo.

Y de repente, miras a alguien, que pasa de ser nada, a ser lo más especial que puedes ver. No sabes por qué, sólo sabes que no puedes dejar de pensar en esa persona, que deseas estar cerca de ella, que te mire, que te acaricie, que te diga que te quiere.

Pero es algo nuevo para ti, tienes miedo, sales corriendo, huyes, escapas de su mirada, no sabes qué hacer, cómo actuar. Tu felicidad esta ahi, pero no puedes llegar a ella, no sabes cómo.

Y empiezas a llorar, no sabes por qué, sólo necesitas llorar, llorar, llorar, llorar...

De pronto alguien no tan especial se cruza en tu camino, y lo eliges a él porque sabes que no te ama, que no siente nada por ti, que ni siquiera te quiere. Lo eliges porque es más fácil, porque no sabes qué es el amor y cómo actuar ante él.

Este ser no tan especial, sólo desea tocarte, besar tu cuerpo, sentir tu olor y poseerte. Tu buscas lo mismo, pues siempre ha sido asi. Siempre buscas lo más sencillo.

Te encuentras caminando sola en la calle, no hay nadie, y te encuentras con esa persona tan especial, a la que tuviste miedo de amar. Te mira tristemente y sólo pasa a tu lado. Lloras, no sabes qué hacer, lo has perdido.

Ya no queda nada, sigues solo y vacio, con aquel mismo miedo a la felicidad. La has dejado escapar. Y lo único que queda es llorar.

martes, 17 de abril de 2007

La pregunta del millón


Jajajajajaja, si, la pregunta del millón, todo aquel que me conoce siempre me dice: ¿por qué eres tan callada? Mmm, no sé...

Que cruel soy, jeje, les daré una respuesta, pero para esto, tengo que hablarles de dos clases de respuestas, la primera, que es la que le digo a todo el mundo y la segunda que es la verdadera y que es algo... ya lo verán.

Pues la primera, la que siempre digo, es: "porque no me gusta hablar". La respuesta más sencilla, lógica y cómoda; aunque si tiene algo de verdad, no es del todo cierto, pues si pudieran escuchar lo que pienso, se sorprenderían de cuanto pasa por mi cabeza. Como ya dije alguna vez, me gusta más pensar que hablar, además de que no tengo con quien compartir todo eso que pienso, no es por despresiar a ninguno de mis amigos, pero a veces son cosas que son muy raras o bobas o tristes. La única persona con la que he logrado trasmitir estos pensamientos, es con uno de mis hermanos, con él hablo tanto que lo llego a hartar de tanto palabrerio -aunque no lo crean-, tal vez porque lo conosco desde que nació o no sé, creo que tengo mucha confianza con él. Porque conmigo, para que me hagan hablar, debo sentirme en confianza. También existe otra persona con la que llegue a tener casi la misma confianza que con mi hermano. A él le contaba muchas cosas, le decía cada detalle de mi vida, pero después nos empezamos a distanciar un poco (o fui yo, no sé), y ya no hablo tanto con él, sólo para hablar de las cosas cotidianas.

La segunda respuesta... advierto, si lo van a leer, no se vayan a sentir ofendidos, no es personal, asi soy. Bueno, la segunda respuesta y que jamás le digo a nadie, es que me fastidian las personas, a veces me parecen realmente molestas, especialmente aquellas que intentan obligarme a hablar (bien esta parte si es personal), y si les queda el saco, saben que no son tan de mi agrado. Mi desprecio hacia las personas es tal que creo que los animales son mejores, pero admito que hay personas que sí valen la pena y me agrada su compañía. Otra razón por la que sea muy callada es porque no tengo nada que decir, y si no es interesante o importante lo que vaya a decir, prefiero no hacerlo, no me gusta hablar por hablar. Además de cierta impresión que a veces tengo de que lo que diga no les va a importar a las demás personas.

A la gran mayoría de las personas, bueno, creo que a todas, no les gustan las personas calladas, les molesta el silencio que hay cuando están con una persona así. Por lo que no tengo muchos amigos, pero no me importa, no quiero tener cerca de mí, personas a las que les fastidie mi presencia.

Sé que no se me da mucho el habla, pero lo mío es la escritura y es lo que me disfruto hacer. Ah, y se me olvidaba, otra de las razones por las que no hablo mucho, es porque me da flojera dar explicaciones, prefiero las respuestas cortas, simples y concretas. En serio odio las explicaciones, porque eso implica hablar mucho y me fastidia. Incluso jamás le habria dado a nadie esta explicación de mi mutismo en forma oral.

Bien, ahora que ya saben el por qué, ya no me pregunten, que realmente me da flojera decir todo lo que ya escribí.

sábado, 14 de abril de 2007

El dolor de vivir

Ah, este es un ensayo que escribí en la prepa, espero les guste, aunque ahora cuando lo vuelvo a leer, siento como si no lo hubiera escrito yo, no sé por qué.


EL DOLOR DE VIVIR

“Golpes como el odio de Dios; como si ante ellos
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma...”

Los heraldos negros,
Cesar Vallejo

Cada día ves la vida pasar, cada día tratas de vivir con este dolor, no puedes resistirte ante el llanto, desearías dejar de llorar. Sabes que eres una carga para los demás, ellos no entienden como puedes llegar a sentirte, no entienden que ya no quieres vivir.

No saben por todo lo que has tenido que pasar, por los caminos oscuros que has tenido que transitar. Tal ves piensen que eso ya no importa, que debes vivir tu presente y pensar en el futuro, pero como olvidarlo, como ser feliz en un mundo como este. En tu interior existe un vacío inmenso del que no sabes salir.

No sabes qué hacer. Ningún consuelo material o humano te conforta. No tienes a nadie. Necesitas desahogarte, pero no hay con quien y no sabes como. Necesitas un consuelo, necesitas descansar.

Ya no quieres llorar, pero no puedes evitarlo. Tu corazón sangra de dolor y tus lágrimas fluyen hasta más no poder.

Todo pierde sentido, ya nada te importa. Encuentras pequeños momentos de felicidad en tu vida que llegan a tranquilizarte un poco, pero no es suficiente, necesitas más, necesitas creer en ti, para seguir luchando.

Notas un cambio en ti, en tu forma de ser, de pensar y de actuar, y notas un cambio en los demás hacia ti. Ya no están contigo, se alejan de ti en el momento en el que más los necesitas. Tal vez se han hartado de ti, de tu forma de ser, de pensar y de actuar. Ya nada te hace feliz, te vas hundiendo en la inmundicia de tu alma triste y sola. Antes tenías la esperanza de que ese alguien siempre estaba contigo aunque todos se alejaran, pero sientes que te ha abandonado como al hijo que nunca quiso.

Aguardas desesperadamente aquello que te aleje de estas malditas ideas que terminarán colmando tu vida. No sabes qué será o quien, solo lo esperas; esperas alguna salvación, algo o alguien que te saque de la mugre de esta soledad.

Tu alma empieza a desangrar con lágrimas de ira, dolor y frustración. Todo este llanto te consuela un poco, desnudas tu alma, no piensas en nada, sólo lloras. Te sientes liberado, te sientes más humano.

Pero tu existencia en este mundo es inútil, solo un pequeño rasguño en tu piel te liberará. Pero tienes mucho miedo de lo que pasará después. Aunque sabes que no hay mucha diferencia entre respirar o no, porque tu corazón y tu alma están muertos, muertos en vida. Sólo queda sobrevivir con una sonrisa fingida, vegetando en este mundo, disimulando que no pasa nada y esperando ansiosamente aquel día en el que él tome tu vida entre sus manos y la destruya para que al fin puedas descansar.

jueves, 29 de marzo de 2007

Mi primer poema


Como ya saben, bueno, al menos los que me conocen, mi afición es la poesía, me encanta escribir poemas, porque, ya que el habla no se me da, prefiero escribir.

Y para los que se preguntaban cuál y cómo fue mi primer poema -si es que alguien se lo pregunta-, en primera, mi primer poema, no es “Poema 1”, que está en el otro blog. Ese es sólo el más antiguo de mi colección de los mejores.

Mi primer poema, lo escribí a los 14 o 15 años, estaba sola, bueno, con mi hermano, pero como si estuviera sola, porque a veces me divago un poco y me desprendo del mundo. Entonces tomé una hoja que era más bien propaganda de algo que no recuerdo, y empecé a escribir lo que se me venía a la mente, recuerdo que hablaba de suicidio, porque eso es lo que rondaba mi cabeza en esos tiempos. Escribí cuatro o cinco estrofas, luego lo leí y lo volví a leer. Y sin más, lo rompí, lo tiré a la basura y eso fue todo.

Más tarde, cuando tenía 15 años y andaba en los asquerosos años de secundaria, en la clase de español, nos pidieron escribir un poema, porque ese era el tema que estábamos viendo. Escribí sobre la luna, ya que esa es una de mis obsesiones de las que pocos saben. A parte de esa tarea, nos habían dejado otra, no recuerdo cual. Y en ese entonces uno suele ser muy caritativo y le pasé la tarea a una de mis compañeras –que por cierto, ¡qué perra!-, pero no me di cuenta que también copió mi poema sobre la luna, y esta, a su vez, se la pasó a otras tipas más. Por lo que mi poema ya andaba en muchas libretas. Cuando la maestra revisó la tarea, resultó que le revisó primero a esta tipeja, y la maestra iba escogiendo los mejores poemas para que se leyeran en clase. Entonces, cuando leyó “su” poema, le gustó mucho y la escogió para que lo leyera. Después cuando yo pasé a revisar mi tarea, la maestra me dijo “copiaste este poema, y hasta incompleto para que no me diera cuenta”, yo le expliqué que no, que yo lo había escrito, pero no me creyó, y no le dije nada más, porque era una viejecilla que faltaba poco para cadáver. Total que leyeron los poemas, hasta que ésta tipa leyó el mío y la maestra la felicitó, me dio mucho coraje, pero como siempre, no hice nada.

Después de este trágico suceso, no volví a escribir nada, me decía que yo no servía para eso. Entonces lo dejé.

Luego llegaron los gloriosos días de prepa, en las que por fin había dejado atrás esa espantosa escuela con nombre de asesino, en donde empieza “mi época de oro”. Pero antes, otra anécdota.

Antes de entrar a la prepa, en vacaciones de verano, me había puesto a escribir poemas al por mayor, en una pequeña libreta en la que comenzaban mis indicios a salir del closet, mis ideas suicidas y mi odio por el mundo. Algunos eran buenos pero la mayoría no. Siempre guardaba mi libreta para que nadie la leyera, hasta que un día me descuidé y la dejé sobre la cama, entonces mi padre, como el metiche que es –perdón, pero es la verdad-, tomó mi libreta y empezó a leer, después, que fue lo que más me dolió, se burló de mis poemas, de la forma más cruel, y como ya saben, no hice nada. Pero lo que sí hice fue deshacerme de esa libreta, sólo rescaté los mejores poemas y lo demás lo desaparecí.

Para ese entonces, tenía cargado todo ese coraje que nunca saqué. Y todo ese odio y ese coraje, juntándolo con mis trágicas historias de amor, fue como renací como poetisa, como Merklina. No más compasión, no más perdones, empecé a cargar todo mi odio y mi dolor en mis poemas y no sólo eso, sino que hacía público el nombre del ser a quien iban dirigidos, lo que me hizo tener muchos enemigos y que muchas personas me tuvieran miedo. Esta etapa fue también en la que me convertí en un ser de oscuridad.

Así fue como nació Mi dolor, mi odio, mi mundo; junto con algunas epístolas y ensayos que también he escrito.

Como ya dije, durante la prepa, fue “mi época de oro”. Hoy, permanezco estable, el coraje y el odio han disminuido. Pero confío en que llegue otra musa para volver a lo antes fui o ser alguien mejor.

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Karen Merklina
29.mar.06

lunes, 19 de marzo de 2007

Primero, la presentacion...


Soy Karen Merklina, me gusta leer, dibujar y escribir poemas. Las letras son mi pasión y lo podrán ver en mi otro blog: "Mi dolor, mi odio, mi mundo".
Una descripción de cómo soy, no podría dárselas muy bien, pero al menos, ya tienen mi imagen. Según yo, soy una persona, callada, seria, fría y, creo que los demás también opinan lo mismo; tal vez no parezco muy agradable, pero así soy y no me gusta aparentar otra cosa para agradarle a la gente, entonces, si me aceptas como soy, verás que tengo un lado agradable, sino, solo conocerás la parte mala y fría.

Entre los libros que estoy leyendo, encontre un fragmento en Crimen y Castigo, de Dostoievski, en la que habla de uno de sus personajes, Rodia; que me parecio similar a como soy yo:

...es taciturno, sombrío, orgulloso y altanero. (...) En estos últimos tiempos se ha vuelto suspicaz e hipocondríaco. Es magnánimo y bueno. Poco afecto a revelar sus sentimientos, prefiere cometer una maldad antes que confesar lo que ocurre en su corazón. En ocaciones no es del todo hipocondríaco, sino simplemente frío e insensible hasta la crueldad, como si existieran en él dos naturalezas opuestas que se sucedieran por turno. A veces se reconcentra a tal punto en sí mismo que parece que todo el mundo le molesta, y permanece acostado sin mover un dedo. No es burlón, no por falta de ingenio, sino porque no quiere perder tiempo en tonterías. No escucha hasta el final lo que se le dice. Jamás se interesa en las cosas que en un momento dado llegan a interesar a todos sus semejantes. Tiene una elevada opinión de sí mismo, y creo que no se equivoca.