jueves, 29 de marzo de 2007

Mi primer poema


Como ya saben, bueno, al menos los que me conocen, mi afición es la poesía, me encanta escribir poemas, porque, ya que el habla no se me da, prefiero escribir.

Y para los que se preguntaban cuál y cómo fue mi primer poema -si es que alguien se lo pregunta-, en primera, mi primer poema, no es “Poema 1”, que está en el otro blog. Ese es sólo el más antiguo de mi colección de los mejores.

Mi primer poema, lo escribí a los 14 o 15 años, estaba sola, bueno, con mi hermano, pero como si estuviera sola, porque a veces me divago un poco y me desprendo del mundo. Entonces tomé una hoja que era más bien propaganda de algo que no recuerdo, y empecé a escribir lo que se me venía a la mente, recuerdo que hablaba de suicidio, porque eso es lo que rondaba mi cabeza en esos tiempos. Escribí cuatro o cinco estrofas, luego lo leí y lo volví a leer. Y sin más, lo rompí, lo tiré a la basura y eso fue todo.

Más tarde, cuando tenía 15 años y andaba en los asquerosos años de secundaria, en la clase de español, nos pidieron escribir un poema, porque ese era el tema que estábamos viendo. Escribí sobre la luna, ya que esa es una de mis obsesiones de las que pocos saben. A parte de esa tarea, nos habían dejado otra, no recuerdo cual. Y en ese entonces uno suele ser muy caritativo y le pasé la tarea a una de mis compañeras –que por cierto, ¡qué perra!-, pero no me di cuenta que también copió mi poema sobre la luna, y esta, a su vez, se la pasó a otras tipas más. Por lo que mi poema ya andaba en muchas libretas. Cuando la maestra revisó la tarea, resultó que le revisó primero a esta tipeja, y la maestra iba escogiendo los mejores poemas para que se leyeran en clase. Entonces, cuando leyó “su” poema, le gustó mucho y la escogió para que lo leyera. Después cuando yo pasé a revisar mi tarea, la maestra me dijo “copiaste este poema, y hasta incompleto para que no me diera cuenta”, yo le expliqué que no, que yo lo había escrito, pero no me creyó, y no le dije nada más, porque era una viejecilla que faltaba poco para cadáver. Total que leyeron los poemas, hasta que ésta tipa leyó el mío y la maestra la felicitó, me dio mucho coraje, pero como siempre, no hice nada.

Después de este trágico suceso, no volví a escribir nada, me decía que yo no servía para eso. Entonces lo dejé.

Luego llegaron los gloriosos días de prepa, en las que por fin había dejado atrás esa espantosa escuela con nombre de asesino, en donde empieza “mi época de oro”. Pero antes, otra anécdota.

Antes de entrar a la prepa, en vacaciones de verano, me había puesto a escribir poemas al por mayor, en una pequeña libreta en la que comenzaban mis indicios a salir del closet, mis ideas suicidas y mi odio por el mundo. Algunos eran buenos pero la mayoría no. Siempre guardaba mi libreta para que nadie la leyera, hasta que un día me descuidé y la dejé sobre la cama, entonces mi padre, como el metiche que es –perdón, pero es la verdad-, tomó mi libreta y empezó a leer, después, que fue lo que más me dolió, se burló de mis poemas, de la forma más cruel, y como ya saben, no hice nada. Pero lo que sí hice fue deshacerme de esa libreta, sólo rescaté los mejores poemas y lo demás lo desaparecí.

Para ese entonces, tenía cargado todo ese coraje que nunca saqué. Y todo ese odio y ese coraje, juntándolo con mis trágicas historias de amor, fue como renací como poetisa, como Merklina. No más compasión, no más perdones, empecé a cargar todo mi odio y mi dolor en mis poemas y no sólo eso, sino que hacía público el nombre del ser a quien iban dirigidos, lo que me hizo tener muchos enemigos y que muchas personas me tuvieran miedo. Esta etapa fue también en la que me convertí en un ser de oscuridad.

Así fue como nació Mi dolor, mi odio, mi mundo; junto con algunas epístolas y ensayos que también he escrito.

Como ya dije, durante la prepa, fue “mi época de oro”. Hoy, permanezco estable, el coraje y el odio han disminuido. Pero confío en que llegue otra musa para volver a lo antes fui o ser alguien mejor.

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Karen Merklina
29.mar.06

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